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ein??? no no no!! adrokvs, me dijiste que no iba a ser una especie de toledo😆 [/quote]
Tras el artículo ¿Tecnología o factor humano? ¿Qué es más importante en la conducción?, Irene Micó llega con un nuevo artículo sobre como nos afecta cada tipo de droga en la conducción, muy interesante.
Efectivamente, habréis notado que el inicio de este artículo no plantea si el consumo de algún tipo de droga nos afecta o no en la conducción, sino que se afirma que cualquier sustancia psicotrópica introducida en nuestro organismo va a afectar inevitablemente a su funcionamiento y, por ende, a cómo gestionamos el manejo de un vehículo.
¿Es el objetivo del artículo hacer una escala con aquellas drogas que tienen menos efectos en la conducción? En absoluto. Lo que pretendemos es trasladar cómo cada grupo de sustancias nos va a afectar a nivel cognitivo y físico y por qué debemos evitar el consumo de cualquiera de ellas si sabemos que vamos a conducir algún vehículo después (para no mentir, lo ideal sería evitar el consumo en rasgos generales, aunque el debate de hoy es un tanto más específico).
A continuación, presentaremos la clasificación en cuatro tipos de drogas según sus efectos a nivel cognitivo y físico y, en última instancia, hablaremos de los fármacos y psicofármacos, cuya prescripción viene dada por algún tipo de condición médica, pero pueden resultar perjudiciales de cara al manejo de maquinaria y vehículos varios.
Drogas depresoras
El alcohol y la marihuana son los principales representantes de este grupo de sustancias. Sus componentes contribuyen a un enlentecimiento del Sistema Nervioso Central, por lo que nuestra capacidad de percepción y atención se ven notable perjudicadas.
Ello supone que, si habitualmente necesito 3 segundos para captar un obstáculo en la carretera, un peatón que va a cruzar o un ciclista que aparece de pronto, bajo el efecto del alcohol o la marihuana puedo requerir más del doble.
Esta pérdida del control puede suponer que mi vida o la de la persona que se ha cruzado conmigo lleguen, incluso, a su fin.
Drogas estimulantes
Al contrario que las anteriores, este tipo de drogas estimulan el funcionamiento del Sistema Nervioso Central, por lo que contamos con un nivel de activación muy por encima de lo que consideraríamos “normal” (lo que, a su vez, podría llegar a suponer riesgo letal a nivel cardiaco).
En este sector hablamos de la cocaína, las anfetaminas y metanfetaminas, y el tabaco.
En el caso de la cocaína y las anfetaminas, nos encontramos ante un tipo de sustancias que generan en el usuario una sensación de euforia tal que puede tener la falsa percepción de ser invulnerable, razón por la que llega a cometer más imprudencias al volante.
Si antes hablábamos de cómo la atención y la percepción se ven afectadas por las drogas depresoras, esto también ocurre con las drogas estimulantes, pero además añadiéndose una falta de control de impulsos que conlleve una velocidad excesiva al volante, rechazo del uso del cinturón, entre otros.
La menor disponibilidad de recursos cognitivos al volante en suma con conductas inapropiadas cuesta la vida a miles de personas cada año.
Mención aparte requiere el tabaco, una droga cuya condición de “legalidad” le resta importancia al valor de su uso ya no pre-conducción, sino durante la conducción.
El consumo de tabaco al volante es responsable de multitud de siniestros al año, teniendo en cuenta que es un potente distractor (hay que estar pendiente de la ceniza, de que no se me caiga, de compensar el uso del volante con una sola mano, etc.) y, cualquier alteración durante el ritual de consumo supone el desenfoque de la atención del punto más importante donde debiera estar: la carretera.
Opiáceos
De forma similar a las drogas depresoras, los opiáceos son sustancias derivadas del opio cuyo objetivo médico es mitigar el impacto del dolor, especialmente en pacientes que se encuentran en tratamiento paliativo.
Las dos principales representantes de este grupo son la morfina y la heroína, con un potencial adictivo enorme y, al volante, con efectos muy similares a los descritos en el primer bloque.
Drogas alucinógenas
Las drogas alucinógenas, como el ácido lisérgico (LSD) o las setas alucinógenas se caracterizan porque producen un estado de conciencia alterado (excesiva euforia o excesivo estado de ánimo deprimido), pero además cambian sustancialmente la percepción de los objetos, en cuanto a tamaño, forma y color.
Esto supone que, la conducción bajo los efectos de este tipo de drogas, supone un peligro absolutamente letal para el conductor y para cualquiera que circule con él/ella.
Con la percepción sensorial y espacial tan alterada, es prácticamente imposible calibrar con exactitud por dónde circulamos, a qué velocidad lo hacemos o si hay otros vehículos o personas con los que podemos chocar en el trayecto.
Y, ¿Los (psico)fármacos?
Los fármacos y psicofármacos son sustancias que introducimos en nuestro cuerpo con el objetivo de generar un cambio concreto en base a algún tipo de problemática existente.
Por ejemplo, los antihistamínicos se prescriben para tratar reacciones alérgicas, aunque tienen como efecto secundario principal que causan somnolencia.
En la línea de lo anterior, las benzodiacepinas son sustancias ansiolíticas que se prescriben para trastornos de ansiedad pero que pueden generar somnolencia y problemas perceptivos al volante, del mismo modo que ocurre con fármacos hipnóticos (para inducir sueño).
Sin embargo, al contrario que con el resto de drogas, la ley exige que los fármacos que puedan afectar a la conducción lo indiquen con claridad en el prospecto del producto, de manera que la persona tenga acceso a esta información relevante y pueda consultar con su médico o psiquiatra de qué manera (cuándo, cómo y en qué cantidad) puede hacer uso del fármaco y reducir al máximo la afectación en el manejo al volante.
Para las demás sustancias psicoactivas, es fundamental que los profesionales de la salud cumplamos con la labor de concienciación de manera que las personas seamos verdaderamente conscientes de nuestras limitaciones ante un vehículo, especialmente bajo la influencia de una droga concreta.
Os dejo un par de vídeos para que la información arriba descrita os resulte más visual: