[quote quote=”ViKoNeO”]
ein??? no no no!! adrokvs, me dijiste que no iba a ser una especie de toledo😆 [/quote]
Los objetos, las marcas que compramos, no son necesariamente aquello que necesitamos, sino lo que queremos reflejar sobre nuestra personalidad. Y también por norma general solemos querer transmitir valores que nos diferencien del resto. Necesitamos marcar nuestra propia personalidad. Por lo tanto, tener algo a lo que la mayoría no puede acceder es una forma evidente de distanciarse del resto.
Por ello no es de extrañar la moda SUV de hoy en día. En una población cada vez más urbanita, el anhelo es el campo, lo rural, la naturaleza. En una sociedad cada vez más conectada y expuesta -y por lo tanto controlada-, ansiamos la libertad, pero también la privacidad y seguridad. En la época de Instagram lo prioritario es aparentar, y no ser. En un mundo donde cada vez somos más, queremos nuestro propio espacio. Los SUV han tenido éxito porque han sabido recoger todos esos esos deseos a los que realmente no siempre se puede acceder, pero al menos sí evocar y sentir; y sobre todo porque permite demostrar a los demás esas inquietudes individuales. En definitiva, permiten al individuo sentirse diferente.
Unas de las primeras marcas que supieron ver esto fueron Toyota con su RAV4 y Honda con su primer CR-V a finales del milenio. Eran vehículos que mezclaban características propias de los todoterreno como la altura de la carrocería, la altura libre al suelo, las ruedas de gran diámetro o las barras en el techo, junto con ciertos aspectos estéticos más cercanos a los turismos convencionales: gama de colores, interiores, acabados. La idea parecía buena, pero realmente resultó ser muy buena porque había dos factores clave más: Primero, permitían al conductor mirar al resto de vehículos “por encima del hombro” en la ciudad. Con algo tan sencillo y elemental como la distinta altura lograron crear una estratificación social en la carretera. Y segundo, ofrecían una calmante sensación de seguridad. Habían nacido los Sport Utility Vehicles modernos.
Con el tiempo el concepto fue evolucionando, virando aún más hacia a la practicidad y el confort de conducción en carretera y en entornos urbanos, que eran realmente sus espacios de uso más frecuentes. Detalles como la rueda de repuesto en el portón trasero fueron quedándose atrás. Así, en 2010 apareció un modelo que en Europa supuso el definitivo despegue de este tipo de vehículos, el Nissan Qashqai. Un vehículo que competía en precio y longitud con el VW Golf (la referencia de los compactos), pero además ofrecía algo más de espacio y sobre todo ese aura campera y aventurera que la gente anhelaba. Sus ventas crecieron como la espuma, además con unos márgenes de beneficio más amplios: la diferencia de precio respecto a equivalentes convencionales multiplicaba varias veces el coste. Y claro, todas las marcas se lanzaron a la loca carrera de los SUV. El mercado respondía, las subidas en los porcentajes de ventas no veían final, mientras los segmentos tradicionales estaban estancados o en retroceso.
Era un filón, la gallina de los huevos de oro. Añadir un plástico sin pintar ya no era símbolo de bajo poder adquisitivo, ¡sino todo lo contrario! Que se lo digan a SEAT y su Altea Freetrack, o a Rover y su (25) Streetwise. Empezaron a salir versiones camperas de todos los modelos. Nuevas propuestas aparecieron como setas…y llegamos a la actualidad.
Ahora lo SUV ya es mainstream, no es tan exclusivo. La competencia es feroz y más que nunca hay que diferenciarse (porque es eso lo que busca el consumidor). Y para cuando nos hemos querido dar cuenta, la idea inicial de qué es un SUV está desmadrada. El concepto se ha prostituido por parte de los departamentos de márquetin -diríase incluso que por acuerdo universal entre marcas- que buscan captar a todo “aspirante” a aventurero que se encuentren ofreciéndole una alternativa única para cada uno de ellos. Aquí encuentran la colaboración tácita de los departamentos de diseño que buscando innovar están llevando a cabo también algunas de las más oscuras aberraciones, auténticos Frankensteins del automóvil que transgreden toda lógica. Podemos hacer una lista bastante larga de tipos de carrocerías, alturas, estilos o soluciones de diseño, incluso de nombres: SUV, CUV, Crossover, SUV Coupé, Urban SUV, HUV… Los valores aventureros se han visto reducidos a pequeños detalles que han sobrevivido de aquellos orígenes aventureros de los 4X4 como son las barras en el techo, las llantas de gran diámetro y unos paragolpes más aparentes. Y ya casi ni eso. Así, llegamos a la pregunta de ¿Qué es realmente un SUV?
Hoy en día (bueno, mejor cuando superemos el asunto del COVID) si alguien un poco inexperto se propusiera comprarse un vehículo nuevo, seguramente se vería tan abrumado por la cantidad de opciones existentes que podría sumirse en la parálisis del análisis. O quizás, ya convencido de querer comprarse un SUV, podría ser presa de engaños de la publicidad, creyendo que está comprando algo que no es tal.
Por ello, me he visto en la necesidad de clasificar las distintas opciones que existen hoy en día. He logrado ordenar y reducir en una gráfica más o menos simple cómo segmentaría el mercado, y aunque se de antemano que no voy a coincidir con la opinión de muchos, me permite al menos creer que a veces lo que pienso tiene sentido. Debido a mi formación y profesión (diseñador de producto) esta clasificación está muy enfocada en el diseño. No he entrado en aspectos mecánicos o profundizado en aptitudes reales sobre los terrenos. Ojo. Tampoco he entrado en ningún momento (ni voy a entrar) en la conveniencia o no de comprarse un SUV. Recordemos que la elección de las cosas que compramos no es racional y no se reduce sólo a satisfacer nuestras necesidades básicas. Pero creo que al menos es bueno saber qué estamos comprando.
La Gráfica
La siguiente gráfica pretende resumir en base a tres ejes el mercado de vehículos actual:
- Distancia libre respecto al suelo (Ground Clearance): El punto de control intermedio lo he establecido en base a si es capaz de superar o no tramos con dificultades como baches profundos, arena, etc.
- Altura de la carrocería (Car Body Height): El punto de control intermedio lo he establecido en base a si es capaz de superar o no tramos con dificultades como baches profundos, arena, etc.
- Estética Todoterreno (OFF-Road Decoration): Una línea separa aquellos que Sí los tienen de aquellos que NO. Para ello depende de si presenta varios aspectos que recuerden de forma clara a vehículos todoterreno clásicos, como barras en el techo, cubiertas de gran diámetro, paragolpes que mejoren ángulos de salida o minimicen rasguños…etc.
Soy consciente de que con sólo tres variables habrá varios aspectos que se escapen a la gráfica, como por ejemplo la forma de la carrocería. Incluso dentro de cada categoría podrían hacerse más subdivisiones. No obstante, la intención final es ofrecer un resumen gráfico práctico y sencillo. También que el diseño, las tendencias es algo dinámico y en continua evolución. Por ello esta gráfica es una fotografía del panorama actual; seguro que en unos años quede inutilizada o surgirán nuevas propuestas que obligará a reordenar.
Así, según esta clasificación distinguiremos 9 grandes grupos (más adelante tenéis la misma gráfica con los vehículos citados colocados en ella):
–A/F Segment: Los turismos tradicionales (cinco puertas o hatchack, cuatro puertas o sedán y familiar). Vehículos pensados para la carretera y con un amplio abanico de longitudes. Incluiría desde los utilitarios (en torno a 4 metros de longitud) hasta las grandes berlinas (+5 metros). Tamién deportivos y coupés. El sector más afectado por la pujanza de los SUV junto a los monovolúmenes, sobre todo porque copaban el mayor % de ventas hasta hace unos años. La carrocería sedán está quedando relegada a vehículos de representación, aunque últimamente estamos asistiendo a un mayor atrevimiento por parte de los diseñadores para retener parte de las ventas, con estéticas más deportivas o arriesgadas. Ejemplo: Peugeot 508, Hyundai Elantra.
–Fake Scouts: Versiones ‘camperas falsas’ de los vehículos anteriores. Aprovechándose de la tendencia SUV hemos visto cómo han proliferado versiones en las que simplemente se recurría a la estética, sin más preparación mecánica sobre el vehículo. Añadiendo pasos de rueda y parachoques con grandes superficies sin pintar nos ofrecen vehículos con supuestas capacidades todoterreno que no son tales. Ejemplos: Ford Fiesta Active, Opel Adam Rocks, Audi A1 Citycarver.
– Real Scouts: Con mejoras mecánicas reales respecto a los Fake Scouts. Incorporan suspensiones elevadas y parachoques que permiten un mejor ángulo de ataque. Normalmente están desarrolladas sobre versiones familiares. Pese a ser una opción intermedia interesante está sufriendo un retroceso debido a su insuficiente diferenciación respecto a los turismos tradicionales. Ejemplos: Volvo XC70, Subaru XV, Subaru Outback.
– Crossovers: Similares en aptitudes y estética a los anteriores, lo que le diferencia es que no se limita a aprovechar un chasis existente para hacer una preparación, sino que presenta un diseño propio. Pueden tomar el relevo de los anteriores y ser una alternativa válida a los SUV, ya que al tener un centro de gravedad más bajo ofrecen una conducción por carretera más cómoda. Al conservar un aspecto off-road y ofrecer más exclusividad están en claro ascenso. Ejemplos: KIA Xceed, CUPRA Formentor.
–Buggys: Normalmente preparaciones especiales.
– MPVs: Monovolúmenes. Uno de los segmentos más castigados por el ascenso SUV, ya que pese a ofrecer una posición de conducción más elevada y mayor espacio, así como facilidad de acceso (un aspecto muy valorado por los usuarios de SUV), carece sin emargo del espíritu aventurero que busca la sociedad. Ejemplo: Citroën C4 SpaceTourer.
Intentos como acercarse a una estética SUV con grandes llantas, como el último Renault Scénic (anataño superventas) han resultado en vano. No tendrá sucesor y se ha eliminado una de sus dos carrocerias antes de tiempo.
Aún así, queda esperanza. Su espacio lo están ocupando los vehículos comerciales adaptados, como el Citroën Berlingo, o la VW T. Gracias a su excelente modularidad es una opción ideal para aquellos que buscan la aventura los fines de semana, ya que permiten disponer de cama o incluso cocina.
También podríamos incluir a los pequeños urbanitas que, transformándose a lo eléctrico, tiene posibilidades de supervivencia. En este caso, porque el paradigma de los valores en la sociedad continúa su transformación, y lo eléctrico se ha sabido identificar con lo ecológico por parte de los fabricantes.
– Fake SUVS (Falsos SUV): Altura: OK. Barras en el techo, OK. Parachoques aparentes, OK. Ruedas y altura libre…¿Pero esto qué es? Para mi gusto, gato por liebre. Un coche que no nació con vocación de SUV (ya por costes o porque tenía otros planes iniciales) pero te lo venden como SUV. El Opel Crossland o el Hyundai Venue son buenos ejemplos. Coches más cercanos a un Monovolumen pero con un apaño final (y un precio más elevado). Primos hermanos evolucionados de los ‘Fake Scouts’.
Otra variante es ofrecer unas ruedas con llantas de gran tamaño pero una altura al suelo muy limitada, y unos parachoques nada preparados para los rozamientos. Similar situación para el Toyota CH-R o el BMW X2.
– SUVs: Cumplen con todas las premisas: Altura libre al suelo suficiente para superar carreteras un poco complicadas, una carrocería alta y detalles de todoterreno, incluyendo ruedas de gran tamaño. El mercado SUV es ya un mercado maduro y necesita evolucionar para atraer nuevos compradores y adaptarse a los nuevos usos, pero en el momento que se abandona alguna de estas características considero que deberíamos cambiar el discurso a otro tipo de vehículo, como CUV o Crossover, o incluso crear nuevas categorías. De la misma forma que hay que evitar aprovecharse del término SUV para justificar incrementos de precio no justificados, llevando casi al engaño, en modelos que se salen de esta categoría. Ejemplos: El Qasqhai, el VW Tiguan o el Jeep Renegade, por citar algunos de los superventas en Europa.
Y por último…
– WEIRDS (Raros): Vehículos que han modificado tanto el original concepto SUV que ya no logro indentificarlo con él. Principalmente, porque han evolucionado tanto el carácter campero al urbanita que han perdido la esencia. Podríamos llamarlos SUVs domesticados.
Una forma rápida de identificarlo es a través de los paragolpes: pintados, llenos de decoraciones poco prácticas que apenas aguantarían indemnes un camino de piedras. A diferencia de los Fake Crossover, conservan unas llantas de gran tamaño, emulando a los 4×4, aunque esto tienen un truco: las grandes llantas y los perfiles mínimos no son lo idóneo para recorrer caminos difíciles tampoco, pero sí para aparentar. Sí que mantienen una altura libre mayor que la media aunque en menor proporción respecto a la carrocería que un SUV. El resultado (personalmente) es de vehículos deformes, Mr Potatos de las cuatro ruedas que cogen varias características de otros segmentos, pero que no son SUVs. Y también por eso seguramente acaben dándole un nombre propio a esta categoría. Incluso diría que es una clara tendencia ahora mismo a través de dos vertientes diferentes:
La primera, la de los SUV deportivos y con caída Coupé, que empiezan a juguetear olvidándose de sus raíces silvestres y se centran en la categoría social que otorga un coche más grande que el del resto. Un ejemplo son los BMW X6, Audi Q8 o Alfa Romeo Stelvio. Auténticos mastodontes que intentan jugar a ser deportivos. Personalmente (y seguramente porque no comulgo con esos valores, pero esto ya es muy personal) el símil que me viene a la cabeza es de unos hipopótamos calzando patines en línea.
La segunda, por la electrificación de los vehículos. Las baterías se alojan en la parte inferior de los automóviles, lo cual obliga a emplear techos altos para mantener una habitabilidad interior digna. En principio las carrocerías SUV serían las ideales, pero la necesidad de mantener un centro de gravedad bajo hace que se perjudique la altura libre. Además, algunos ya ni se molestan en poner decoración. Por ello, los Tesla X e Y no son SUVs pese a la insistencia de Elon Musk. Citando un sabio comentario del usuario Markus: se han convertido en “Coches normales, pero amorfos”.
En la gráfica he incluido otros casos como el Skoda Kamiq, el Renault Captur (2020) o el VW Tiguan R-Line. Por diferentes motivos no los he metido en la categoría SUV. De hecho he tenido dificultades para saber dónde colocarlo, lo cual me hace pensar que esta teoría necesitará una revisión más pronto que tarde. Ahora, os invito a estudiar la gráfica, primero. Y luego, en caso de que estuvierais de acuerdo -o al menos toleraráis las divisiones- a colocar cualquier modelo que os venga a la cabeza o que os llame especialmente la atención, y comprobar si os despeja las dudas u os crea nuevas.
Conclusión
El diseño siempre buscará nuevas vías para evolucionar, resolver y adaptarse a lo que las personas buscan. Se reinventa continuamente para generar un debate contínuo sobre las reglas y la forma de romperlas. Con este artículo no pretendo, ni mucho menos, establecer una regla universal ni llevarme la razón, porque nadie la tiene. Hemos debatido y más que debatiremos, largo y tendido, sobre este tema en el foro, en Telegram y en general en la sociedad. Y eso es básicamente lo que pretendo, plantear y plantearme cuestiones que nos permitan intentar adivinar qué está por venir, que es lo divertido.
Espero haber ayudado a algunos a identificar mejor qué tienen delante; a otros a haber reflexionado, y en general, a todos haberos hecho pasar un rato agradable durante el confinamiento.